¿CON QUÉ SUEÑAN LAS LARVAS?
La pregunta flota en el aire, susurrada por el misterio que envuelve a las criaturas en su estado larvario. ¿Con qué sueñan estas diminutas y enigmáticas formas de vida mientras yacen ocultas en las sombras de su propio ser? ¿Acaso albergan visiones de metamorfosis y transcendencia, o sus sueños son tejidos con hilos de quietud y espera?
Las larvas, seres en transición, guardan en su interior la promesa de un cambio que desatará su verdadero potencial. En cada pulso de vida que late en su cuerpo primitivo, existe la semilla de una futura grandeza. Sus sueños, en su estado latente, se despliegan como delicadas telarañas en la oscuridad.
En su mundo subterráneo, los sueños de las larvas se entrelazan con las raíces del suelo fértil. Tal vez sueñen con la luz que las bañará cuando se liberen de su crisálida, emergiendo como seres transfigurados. ¿Acaso sus sueños son un eco de los instintos que les guían hacia la transformación, una danza coreografiada por la sabiduría innata de la naturaleza?
¿O tal vez sueñan con el tacto suave de los pétalos de una flor, saboreando el néctar de la vida en su esencia más pura? En sus sueños, las larvas pueden vivir múltiples vidas, transitar mundos desconocidos y abrazar la libertad que solo se encuentra en el reino de la imaginación. Pero, ¿quién puede realmente penetrar en la enigmática psique de una larva y desvelar sus sueños ocultos? Solo podemos intuir y especular, dejando que la maravilla y el misterio fluyan en nuestras mentes curiosas.
En cierta ocasión, una artista fue cautivada por un sueño que desvelaba una fábula poblada de criaturas híbridas, donde diminutas ninfas o larvas eran coronadas por exuberantes flores blancas. En el centro de este sueño se encontraba la larva del Ergates faber, un insecto coleóptero (carcoma gigante) ampliamente conocido como "escarabajo carpintero" debido a su alimentación de madera en proceso de descomposición. Las flores blancas que emanaban de la imaginación de la artista tenían su origen en el majestuoso árbol del Castaño de Indias (Aesculus hippocastanum), cuyos pétalos, dispuestos en panículas piramidales, evocan la estructura morfológica de estos insectos.
Para la artista soñadora, la conexión entre las larvas y lo onírico se despliega como un hilo invisible pero poderoso. En primer lugar, las ninfas de los insectos coleópteros como el Ergates faber representan, en la simbología de los sueños, periodos de crisis y complicación, generando sentimientos de frustración y dolor en aquellos que los sueñan. Sin embargo, la presencia de estas criaturas también se vincula con la posibilidad de una transformación de los acontecimientos, recordando el proceso que las ninfas experimentan al abandonar su etapa larvaria para emerger como majestuosos escarabajos. En el mundo de las larvas se revela una dualidad fascinante: una existencia inmadura que alberga la semilla de un porvenir magnífico.
Por otro lado, el árbol del Castaño de Indias es conocido por sus propiedades medicinales en la terapia florar de Edward Bach, y es utilizada por aquellos que luchan contra pensamientos recurrentes no deseados. Y es precisamente esta conexión metafórica la que establece la artista entre el Castaño de Indias y las larvas del Ergates faber, evidenciando una poderosa resonancia entre ambos.
La exposición Castaño de ninfas: fábula del luto blanco que Sonia Cabello presenta en la Sala de Exposiciones Tragaluz de Santa Marta de Tormes, sumerge al espectador en esta profunda contraposición. A través del simbolismo, la artista nos guía por un mundo de criaturas híbridas, fusionando elementos animales y florales en los campos del dibujo, el grabado y la escultura. Sus creaciones, concebidas como fábulas mixtas, capturan la fragilidad y el arcano de estos seres casi etéreos y durmientes; es así como las larvas del Ergates faber, inmersas en complejos procesos de metamorfosis, se ven honradas con las flores del Castaño de Indias.
La propuesta parte de un proyecto multidisciplinar fruto de la colaboración entre el Real Jardín Botánico de Madrid y el Grupo de Investigación Arte, Ciencia y Naturaleza de la Universidad Complutense de Madrid. En este encuentro entre naturaleza e imaginación, nos adentramos en un universo de posibilidades. La fusión entre la fragilidad y la belleza efímera de las flores, con la fuerza y misterio de los pequeños seres animales, abre ante nosotros un vasto panorama de expresión artística. De este modo, el arte se convierte en un puente entre lo tangible y lo intangible, permitiéndonos experimentar y comprender de manera única la conexión entre la naturaleza y el ser humano.
Con este proyecto expositivo Cabello explorar la capacidad del arte para canalizar y compartir emociones y vivencias personales. Mediante el uso de materiales como resina, chocolate, tejido y pulpa de papel, la artista nos invita a reflexionar sobre el paso del tiempo, la fugacidad de la vida y nuestro propio proceso de renovación y crecimiento personal. Las larvas, con su potencial dormido y sus sueños en espera, se convierten en un símbolo poético de transfiguración.
Así como las larvas sueñan con su futura metamorfosis, como espectadores contemplamos nuestro propio recorrido, en constante cambio. La conexión entre los sueños de las larvas y nuestra existencia se vuelve evidente: ambos buscamos el equilibrio, la evolución... la búsqueda de significado en medio de la inestabilidad.
En este viaje artístico, Cabello nos transporta a un mundo donde los sentimientos de dolor y luto se entrelazan de manera singular con la luz y la metamorfosis. Es en esos momentos de mayor oscuridad donde se abre paso una oportunidad para el renacimiento y la renovación. A través de este proyecto, nos sumergimos en una cautivadora fábula donde la contraposición entre penumbra y claridad revela la posibilidad de un nuevo comienzo.
Isabel Carralero
Comisaria de la exposición